En los últimos años la salud mental ha aparecido como prioridad en la agenda de los gobiernos y la sociedad. Se ha incrementado la lucha por la defensa de quienes sufren en su bienestar emocional, psicológico y social.
Existen diferentes factores que pueden afectar la salud mental. Algunas de estas son antecedentes familiares, genes, la química de tu cerebro, las experiencias de la vida, el estrés al que estás expuesto, consumo de sustancias, el estilo de vida y mucho más.
Hoy nos queremos referir a la ansiedad, uno de los focos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde más de 264 millones de personas lo viven. Según estadísticas de la OMS, en Chile más de 1 millón de personas padecen ansiedad.
La ansiedad se divide en diferentes tipos según las situaciones en las que se manifiesta. Por ejemplo, en entornos sociales, en ciertos lugares, por separación, por fobias, por sustancias, entre otras.
Ansiedad ecológica
Una de las ansiedades que se incrementa es la que nace por la preocupación y la incertidumbre del acelerado cambio climático: la eco ansiedad. El término fue creado por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) y ecoAmérica en 2017.
El año pasado, APA realizó un estudio y concluyó que casi el 50% de los menores de 34 aseguran sufrir de estrés de forma diaria por la preocupación del cambio climático.
La eco ansiedad es una reacción humana de ver y vivir olas de calor, sequía, inundaciones, tornados, falta de lluvia, huracanes, sufrimiento de los animales por el cambio en su hábitat y las noticias diarias sobre la temática.
De la eco ansiedad nacen términos como “dolor ecológico”, el dolor que sienten las personas al experimentar o anticipar la pérdida de la biodiversidad y las especies por fenómenos meteorológicos extremos. Por otro lado, la “eco ira” es el enojo y la rabia causada por las consecuencias del calentamiento global y el actuar de la sociedad.
¿Cómo trabajar la eco ansiedad?
A muchas personas les afecta el cambio climático y sus devastadores efectos. Algunos lo sufren directamente con fenómenos meteorológicos extremos o desde la emocionalidad. Vanessa Galea nos cuenta cuáles son las cinco maneras de enfrentar la ansiedad ecológica.
Un cuaderno de emociones
Se recomienda registrar en un "cuaderno de emoción" que tan malo fue la ansiedad durante el día con respecto a determinado tema que me generó emociones fuertes. Puedes ponerle un nota a tu emoción del 1 al 5, escribir lo que sentiste y que hiciste. Además, puedes incluir cómo te hubiese gustado reaccionar o cómo piensas hacerlo en otro momento parecido. De esta manera podrás conocerte más para trabajar los aspectos que quieres.
2. Espacios de autocuidado
Buscar el bienestar también comienza en los espacios de autocuidado. Es decir, realizar actividades que me gustan o ir a lugares que me generan emociones que me gustan. Algunos ejemplos son caminar, estirar el cuerpo, dormir las 8 horas, leer algo nuevo, escuchar música, meditar, etc. La finalidad es bajar los niveles de ansiedad.
3. Respiración consciente
Este tipo de respiración “consiste en desviar la atención hacia diferentes puntos para fijarnos en las veces que inhalamos y exhalamos”. Ayuda a bloquear los pensamientos y relajarse. Intenta dejar tu lengua en el paladar, cerrar los ojos, inhalar 4 segundos y exhalar durante 7 segundos. Repite cuantas veces crees necesario.
4. Trabajar desde mis posibilidades y limitaciones
Es importante ver qué aspectos están bajo nuestro control, que podemos hacer y cómo podemos ir frenando un poco el daño que hemos ido generando con el transcurso del tiempo. Por ejemplo, comenzar a ahorrar agua, reciclar, compostar, etc. Si queremos ir un poco más allá sería concientizar a las personas, juntas vecinales, agruparnos con grupos, etc.
5. Apoyo profesional
Si no podemos lograr controlar nuestros niveles de ansiedad es mejor pedir ayuda a un profesional.
Fuentes:
http://spu.org.uy/revista/dic2007/04_asm.pdf
https://medlineplus.gov/spanish/mentalhealth.html
https://www.gaceta.unam.mx/mas-de-264-millones-padecen-ansiedad-a-nivel-mundial/
